domingo, julio 10

Contra la despersonalización

Contra la despersonalización. Contra la desunicidad. (La psicosis avanzó.)
A paso lento, voy al departamentito. A paso lento.
Como si hubiera empezado a quemar billetes y eso no me preocupara.
En el límite. Búsqueda es lo que está siendo.
En el departamentito solo hay agua. Solo agua en el departamentito. Y el olor de los cuarenta mil, mezclado con el olor de la pintura del departamentito que, parece, está en alquiler.
Un día entero. Muerto. Muerto el día ¿qué hacer? Es el pleno límite. De la historia y la Historia. A ver si nos ponemos claros: (tomémonos una licencia) yo, es decir, el muchacho amigo de Carlitos que ayudó a liquidar el Rengo Batres y cobró muy buena guita; y Yo, que escribo...que escribo todo esta pelotudez, solo por sentirme estimulado.
"El misterio de la angustia humana es descubrir la imposibilidad de que el sentido de la vida sea uno mismo"

miércoles, marzo 23

Por mi mismo

Por mi mismo revierto esta situación. Comprendida, hace que (yo) lo vea facil. Esta necesidad de vivir.
Muchas veces salía la conversación de qué harías si ganaras tanta guita, mucha.
Esto en un taxi:
-Primero te tenés que ir, pero solo solo, un par de meses...a pensar- decía.
-Para mi la tenés que gastar rápido, en lo que sea...no tenerla más.
-Es que te enferma, viejo...
-Y...sí

domingo, enero 30

Sin título

En mi sombra veo cómo quiero ser. (Lo pensé, como antes. Yo antes pensaba varios días las frases que iba a escribir. Ahora tardo menos. Debe ser que estoy estimulado. No se por qué o quién. ¿Por mi mismo? No importa.)
Tengo cuarenta lucas en un paquete y estoy yendo a mi casa. No tengo miedo de nada en la calle. Respiro. Aire, rojo y azul. Pero...¡cuarenta lucas! La facil es irse, quemar y quemar, y quemar billetes. Pero pienso. Tengo que inventarme algo.

miércoles, enero 12

Ochenta lucas

Estimuladísimo, corro a mil por mi interior; mientras, espero a Carlitos. Aparece (me digo): "DEBATE: Forma y Contenido": Respirar hoy es una flecha azul que sube por la espalda, y el aire, rojito, que entra y baja por el medio; luego, una flecha roja, grande, que baja por delante, y el aire, que sube y sale del cuerpo. ¡Eso es un paso importante! Por el pasillo viene Carlitos. En pantuflas. Abre. Unos saludos afectuosos. Lo ve al Taxista en la ventana del auto. Me mira. Supongo que me habrá dicho que lo traiga, porque vamos los tres al pasillo de Carlitos.
- ¿Whisky?- le ofrece Carlitos al tachero.
Nos sirve a los dos.
- Yo, ginebra- y se sirve un vaso más chiquito.
No hablamos nada. Unos sorbos y Carlitos trae el bolso.
- Dividí vos- me dice.
Son...ochenta lucas.

martes, enero 11

Continuo

Lo pensé: "Lo que no quiero es escribir una historia infantil, de cosas archisabidas, tener una estructura, diría". Estoy confundido: la historia y La historia se mezclan. Necesito el límite. Buscar a Carlitos, la platita y ahí pensar. Escribo y siento: "sin dinero no puedo pensar". No se cómo llegué pero estoy arriba, en un departamento. Dormí. Bajo al auto. El roto está despertándose. Me digo: accioná. Me conviene hacerme amigo. El tiene miedo y lo agarro del cuello. Sabe que le conviene quedarse en el molde. ¿Dónde vivirá Carlitos? Traigo a la memoria años de la segunda decena de vida y aparece, cómo no; si puedo inventar puedo recordar. Compañeros de escuela. El roto callado, siento que me va a convenir. En calle Italia freno, lo dejo encerrado al tipo. Salgo del auto pero no de mí (invento). Timbre a Carlitos. A inventar.

lunes, enero 3

A mitad de la historia el horizonte puede ser: libre después de 4 años; algo de plata en algún lugar; un homicidio en mi prontuario; media novela escrita; varias mujeres. Por lo que se ve, estoy estimulado. Digo varias porque está la de dos veces al año, está mi novia, y está una nueva, mezcla de la de dos veces al año y otra anterior. Y por si no lo saben, me molesta mucho no conocer, entonces estoy condenado a conocer y conocer.

Respirar

"Para todo cambio hay que respirar. Respirarle de cerca al problema. Respirarle" Tengo mucho tiempo para pensar, y un roto en el auto. Lo de respirar es de ahora, pero como yo invento, lo uso para la historia. Y digo que empiezo a entrenar. Respirar, como respirarle a las palabras que no salen. La primer frase la estuve pensando largo antes de escribirla, respirándola, que no es como sentarse y vomitarla, en ese limbo (el "límite") bidimensional presencia-recuerdo. Literatura pura.

martes, diciembre 28

Secuencia calle

El nuevo estímulo es serio, pero dudo si funciona como estímulo. Lo importante es que escribo, hoy. Por el recuerdo, y por el tiempo en la habitación de arriba. La noche allí fue continua y placentera. Sin detalles (como en una literatura pura). Lamentándolo, no me llevé nada claro sobre el asesinato, como siempre. Al sol ya, el barrio perdió toda aspereza, salvo por la tierra del suelo reseca. Casi no pienso en la plata ni en Carlitos. Llego al límite: a una avenida. Subo al taxi. No me pregunta nada. Avanzamos. No tengo un mango en el bolsillo. Invento algo, como ahora. Le doy una dirección cualquiera. Le digo que no tengo plata, que me espere. Timbre. Timbre. Habría tres opciones: pedir de buena manera, de mala manera, o correr. Abre un tipo. Pido de buena manera, y antes de hacerlo de la mala, corro. Ahora todos piensan en el taxista que me pesigue, y cuando me enfrenta, yo ya estoy tan furioso como cuando el Rengo. Se acerca y con toda mi fuerza le reviento el tímpano. Quedó chato sobre la vereda. La calle desierta. El sol de las tres de la tarde te mata. Ya está, más hasta las manos que antes. Lo pongo en el asiento de atrás y arranco. Me digo: bueno, al menos tengo auto.